25.1.12

UN INTERESANTE LIBRO SOBRE LOS PROCESOS A FLAUBERT Y A BAUDELAIRE PRONTO EN ESPAÑA


El origen del narrador. Las actas completas de los juicios a Flaubert (por Madame Bovary) y a Baudelaire (por Las flores del mal), traducidas por Luciana Bata, suponen el desembarco en España de Mardulce, la nueva editorial argentina dirigida por el escritor Damián Tabarovsky, que antes ejerció en Interzona. Imposible no pensar en Ernest Pinard, acusador de Flaubert, como en uno de sus más incisivos lectores. Muchas ediciones francesas recogen su perorata junto a la novela.

Estamos en 1857, durante el Segundo Imperio francés, primero Flaubert por "Madame Bovary", y luego Baudelaire, por "Las flores del mal", son acusados por ofensas a la moral pública y religiosa. Acusados, además, por el mismo fiscal, el temible abogado imperial Ernest Pinard. Sin embargo, el primero es absuelto, y el segundo condenado. Y en ese contraste se juegan las diversas estrategias retóricas de los abogados defensores, pero sobre todo, la diferente posición de autor entre Flaubert y Baudelaire: mientras en este último todavía hay un yo lírico que se asemeja a la persona del autor, en Flaubert ya hay un distanciamiento entre el narrador y lo narrado que deja indemne la figura del autor.

9.1.12

" Stoner ", de John Williams

Da la impresión de que Stoner escribe una historia banal, la historia de un tipo que iba para agricultor, que estudia filología inglesa y se hace profesor de la Universidad de Columbia donde pasa toda su existencia. Que se enamora perdidamente de una mujer con la que comienza a ser infeliz la misma noche de la ceremonia conyugal: A la hija que tiene la adora y es él quien se ocupa de ella hasta que interviene su madre y se la quita. Ya maduro tiene una historia de amor maravillosa con una nueva profesora, que termina por la obligación exigida desde arriba de ser correctos.

Pero es un relato delicioso, en el que nos convertimos en amigos de ese buen tipo, simple, triste y gris. Le queremos, nos indignamos con él por su falta de sangre, por no romper con las circunstancias que le tendrían que hacer infeliz, y que él va a sumiendo como si estuvieran dictadas por su destino, sin capacidad de modificación. Por no darse cuenta de que él puede cambiar su vida. Pero cuando llega el desenlace natural, estamos a su lado, sufrientes.

7.1.12

"Semelweis" De L-F CELINE


Una sugerencia. Tome dos horas de su tiempo, sólo dos horas a su rincón de lectura, abra un pequeño librito de 126 páginas, publicado por Marbot Ediciones en 2009. Se trata de “Semmelweis”. Escrito por Louis-Ferdinand Céline y en el que cuenta la apasionada y apasionante biografía de este médico nacido en Budapest en 1837 y fallecido en Viena en 1868 y que, contra viento y marea inventó la vacuna pauperal que impediría que muchas mujeres murieran en el parto. Quienes pretendía ayudarles, los médicos, se había convertido, sin saberlo, en sus verdugos. En esta obra pequeña, el autor de “Viaje al fin de la noche”, saca a la luz sus conocimientos de medicina para reivindicar a un hombre que dedicó su vida, su energía y su coraje a este descubrimiento, pese a las contrariedades y la persecución de la sociedad médica del momento. Con un estilo propio de Celine, con desgarro y fuerza, se va contando esta vida en el que el bien tiene que luchar para hacerse paso.

5.1.12

“El niño perdido” de Thomas Wolfe.

De este libro dice Luis Antonio de Villena:

Hubo un escritor norteamericano, muy valorado allá y nunca demasiado conocido en Europa, llamado Thomas Wolfe (1900-1938), al que claro es, no se debe confundir con el todavía vivo petimetre del “nuevo periodismo” y a mi gusto un tanto regular novelista muy publicitado, que es Tom Wolfe. Nada que ver…

Thomas Wolfe (que murió tempranamente de tubercolosis) escribió una novela “El ángel que nos mira” (1929) que, según algunos, es parte importante de ese mito excepcional y acaso imposible, que suele llamarse “la gran novela americana”. Wolfe fue uno de los ídolos de Faulkner y de los “beat”. Es un gran narrador, obsesionado -como tantos lo estamos- por el paso del tiempo. Junto a novelas largas como, además de la citada, “El tiempo y el río” (1935), Wolfe alcanzó una notable maestría en la novela corta, por ejemplo en “El niño perdido”, que acaba de editar en español Periférica. “El niño perdido” (novela coral, contada en varias voces, la primera la del propio muchacho que murió) es el intento de reconstruir los vagos recuerdos y el St. Louis de 1904 donde murió su hermano Grover, que pasaba por un muchachito inteligente y excepcional. Asistimos a evocaciones distintas ( muy bien contadas) y al final a la visita del hermano narrador, más de veinte años después, a la casa donde murió Grover y donde ahora vive una amable señora ajena a ese pasado, tan fundamental para otros. El tiempo se lo lleva todo. ” Y a través de la maraña de recuerdos de un hombre, desde el bosque encantado, el pobre niño de ojos oscuros y rostro sereno, extranjero en la vida, hace mucho tiempo perdido como todos nosotros, una cifra de los laberintos ciegos, mi pariente, mi hermano, mi amigo, el niño perdido, se había marchado para siempre y no regresaría nunca jamás.” Sencilla, eficaz y bien hecha, “El niño perdido” no es sólo melancolía, no, sino ante todo el arte plural del bien narrar. No olvidéis a Thomas Wolfe.

3.1.12

UNA LIBRERÍA PARA ACERTAR...


Hartos de literatura comercial, vamos viendo cómo se abren algunas librerías en donde se puede buscar lo interesante, lo último y lo que realmente vale la pena. Eso pasa con la Librería La Buena Vida, en la calle Vergara, entre la Plaza de Ramales y Ópera, en un rincón del viejo Madrid. Allí puedes preguntar y puedes hojear y ojear libros. Siempre encontrarás la sugerencia de los libreros que saben de libros, que han leído y que te pueden aconsejar. Suelo acercarme por allí. Cierra bien tarde. Es un lugar encantador con ofertas variadas, no sólo en los libros y en el bolsillo, que también, sino en cursos y coloquios. Además, no falta el café y el buen vino…¡ Animo. No os lo perdáis”. Es tan raro encontrar un rincón así….pese a la situación….
Una noche allí, tomando un café pude darme cuenta la relación que existe entre los libros y la vida...